Se termina enero, un inicio de año bastante movido para la política peruana. Lo que más llamó mi atención durante estas primeras cuatro semanas del 2015 son las denuncias de supuesto reglaje, o más bien espionaje, a representantes de partidos opositores e integrantes del mismo gobierno. Por un momento pensé que habíamos retrocedido a los años 90.
A primera lectura la noticia indigna porque se trata de practicas antidemocráticas y todo lo demás, pero también han surgido pequeño detalles que me hacen tomar las cosas con pinzas. Con esto no digo que el gobierno de Ollanta Humala sea una mansa paloma que picotea migajas en el parque, puesto que las denuncias con fundamento y pruebas deben ser investigadas y los responsables sancionados, porque santos solo hay en el cielo.
Lo curioso aquí es como en este tema varios colegas han entrado en dimes y diretes, cuestionando el trabajo de unos y recordando el pasado de otros. La credibilidad, el ego periodístico, las patinadas, los intereses y el cálculo político, todo en un licuado que lo único que hace es indigestar y confundir a todos.
Reglaje a la oposición
Si bien la nota está firmada por Américo Zambrano y Eduardo García, fue al primero a quien, periodistas como César Hildebrandt y Beto Ortiz, le recordaron su pasado cuando trabajó en la revista Caretas y fue acusado de haber extorsionado a Blanca Burmester, ex relacionista pública de AeroContinente, la desaparecida línea aérea que perteneció al hoy condenado por narcotráfico Fernando Zevallos. Ambos desestimaron así la autenticidad del informe.
Aquí el artículo de Hildebrandt en sus trece:
Reglaje a la Presidenta del Consejo de Ministros
Una nueva denuncia de Correo Semanal sobre espionaje tenía ahora como protagonista a la jefa del gabinetes ministerial, Ana Jara, a lo cual tampoco faltaron los cuestionamientos de periodistas como Beto Ortiz.
Nuevo tuit de Ortiz:
Reglaje a Alan García
Días después el programa Sin peros en la lengua, de América Televisión y que conduce Milagros Leiva, denunció que la DINI también espiaba al exmandatario Alan García Pérez. Si bien Leiva aseguró que tenía documentos y fuentes que legitimaban el reportaje, nuevamente varios colegas -entre ellos Augusto Álvararez Rodrich y Rosa María Palacios- dijeron que no había nada convincente, pues señalaron errores en la dirección de la vivienda, datos copiados de Wikipedia, que son simples hojas, el hecho que García no estuviera en su casa y sí en el extranjero en la fecha indicada, y otros detalles que lo único que hicieron fue generar más dudas.
Tuit de Álvarez Rodrich tras la emisión de la denuncia e inmediata respuesta de Leiva:
Tuit de Rosa María Palacios:
Extracto de post de José Alejandro Godoy de Desde el Tercer Piso:
Pareciera que la única denuncia sobre espionaje, cuya autenticidad no ha sido cuestionada por ningún coleguita, es la que involucra a la vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza. No obstante, reitero esta extraña sensación que me produce ver que los bandos periodísticos continúan coexistiendo, que cada una jala agua para su molino y que los partidos políticos y los gobiernos siempre han tenido y tendrán sus favoritos. La mismísima Milagros Leiva lo dijo esta semana defendiendo la veracidad de la nota sobre el reglaje a García: todo periodista debe ser desconfiado; pero a estas alturas, los periodistas ya no confían ni en los propios periodistas.
