domingo, 13 de septiembre de 2015

Leiva: ¿víctima del gobierno o de sus errores?


Lamentable la situación de la periodista Milagros Leiva. Nadie puede negar que es una buena entrevistadora y columnista, incluso aún recuerdo las crónicas, a página entera, que escribía para El Comercio años atrás, cuando todavía no era tan conocida. Sin embargo, qué pena da ver que cometió una falta al pagar una supuesta información y, lo peor, de todo, que no haya una real autocrítica al respecto.

Cada medio de comunicación tiene sus propias reglas de juego (manuales de estilo, principios rectores, etc.) y ella incumplió los lineamientos de la casa televisiva a la que pertenecía al pagar 30 mil dólares para acceder a Martín Belaunde Lossio cuando se encontraba con arresto domiciliario en Bolivia. ¿O no conocía qué podía hacer y qué no? 

Además ha admitido que informó de dicho pago a miembros de la familia Miró Quesada, "los dueños del circo", según sus propias palabras, es decir, ni por educación cumplió con avisar a su jefa directa que fue Clara Elvira Ospina, directora de prensa de América Televisión y Canal N. Se pone en evidencia que no había una relación cordial entre ambas desde hace bastante tiempo.

Algunos periodistas que alcanzan notoriedad suelen pensar que todo les está permitido. Siento que les aumenta el ego. Pueden hacer y decir lo que les parezca y no pasará nada con ellos. Su medio debe agradecer de rodillas el hecho que trabajen ahí. Por eso, creo que a Leiva no le cabe en la cabeza que cometió un error, como puede hacerlo cualquier persona; para ella, su situación es la de una periodista perseguida por el poder político de la pareja presidencial, no podía ser menos para su categoría.

Los argumentos que esgrime sobre las razones de su salida del grupo El Comercio no son muy convincentes para mí:
  1. Nadine Heredia pidió su cabeza. Este argumento significaría que el grupo El Comercio cede a las presiones de la primera dama sin miramientos. El mismo grupo que fue criticado por el gobierno y por el propio Presidente de la República por el tema de la concentración de medios. ¿Luego de tanto tiempo de enfrentamiento dicho grupo se somete así no más?
  2. Represalia por la investigación de las agendas. Que yo sepa, el programa que destapó el caso de las agendas de Nadine Heredia fue "Panorama" -conducido por Rosana Cueva- y no "No culpes a la noche" o "Sin peros en la lengua". Me parece que de existir algún tipo de presión política, Cueva sería la primera víctima y ella continúa al frente de su espacio dominical.
  3. El pago fue para recibir documentos importantes. Leiva señala que los 30 mil dólares que pagó como "peaje" para que Yuliano Arista, el llamado 'Curaca Blanco', le entregara importantes documentos que podrían provocar la caída del actual régimen. Lo malo es que nunca le dieron los mencionados, solo le los mostraron. Ni siquiera le dieron copias.
  4. Realizó una entrevista a Michelín Vargas. Hace varios días que Beto Ortiz conversó con la ex trabajadora del hogar de Ollanta Humala, quien señaló que el desaparecido Emerson Fasabi sí resguardaba la vivienda del Jefe de Estado, sí era cercano a ese entorno. Entonces, ya no era una entrevistada exclusiva. 
Hay muchos temas por los que este gobierno tiene que responder y honestamente dudo que con la cancelación de los programas de Milagros Leiva las investigaciones periodísticas se detengan porque ella no es la única que ha estado haciéndolas. No estamos en la década de los 90 cuando un solitario Beto Ortiz, desde RBC Televisión, era el único espacio que ventilaba los actos de corrupción del gobierno fujimorista.

Por útimo, poco se le pregunta a la periodista sobre su situación legal. Se supone que la Fiscalía de Bolivia la está considerando en las investigaciones por la fuga de Belaunde Lossio. Esperemos que salga bien librada y que este caso le sirva para reflexionar. ¿Volverá a la televisión? Claro que lo hará en algún momento. Total, si hay otros colegas que han hecho cosas más reprochables y ahora conducen sintonizados programas. Veremos qué canal se la jala.


martes, 8 de septiembre de 2015

Ay, la coma


Aún recuerdo cuando a mi compañera de trabajo le mostré, toda alborotada, el post de la periodista y abogada Rosa María Palacios en el que contaba que la primera dama Nadine Heredia admitía finalmente que las cuestionadas agendas eran suyas. Yo estaba extasiada por tremenda bomba, pues no dudaba de su veracidad por la credibilidad que tiene Palacios y su cercanía con la esposa del Primer Mandatario. 

Sin embargo, mi buena amiga Elizabeth, me baja de mi nube con un simple: "¿Qué? ¿y Nadine lo reconoce así no más? ¿no te parece raro?". Efectivamente Elizabeth, tenías razón. No pasaron ni quince minutos y desde su cuenta de Twitter, Heredia desmintió a Palacios indicando que esta simplemente malinterpretó el mensaje que le mandó por DM en esta red social, y que todo se debió a una coma mal puesta en la oración. ¿Pueden creerlo? Parecía una broma.




Y en las redes sociales estallaron dos debates: sobre redacción y la relación Heredia-Palacios. Acerca del primero, curiosamente el escándalo político nos demuestra cuán importante es conocer el adecuado uso de la coma, ya que la omisión de esta cambia totalmente el sentido de una oración. La primera dama escribe una cosa y la periodista lee otra. Aquí aprovecho para comentar que Palacios siempre ha presentado algunas faltas ortográficas en su blog -quienes también lo leen, me darán la razón- así que no me extrañaría que quizá no notó la diferencia.

En el tuit en el que la periodista transcribe el mensaje privado que le envió la también presidenta del Partido Nacionalista, se aprecia que no hay ninguna coma. La frase es "La verdad es mi letra", la cual usa como titular de su post y es ahí y en el texto del mismo donde le agrega la coma "La verdad, es mi letra". Si hasta suena poético.



Respecto a la relación entre ambas, definitivamente está no va más, al menos no en los términos que se estaba llevando. Recordemos que la ahora bloguera era la única persona en la prensa que tenía ese "nivel de confianza" con Heredia, al punto que esta siempre contestaba los cuestionarios que le mandaba de manera virtual. Veremos si retoman o no el contacto porque siento que cada una necesita a la otra. 

De otro lado, lo que ha provocado este intercambio tuitero es que más personas demanden la pronta pericia grafotécnica para saber si esas agendas le pertenecen o no la esposa del Presidente de la República. Considero que lo mejor será hacerlo cuando la Fiscalía lo disponga, ya que esa será la única pericia que tendrá valor legal. El país no está para un prueba por aquí y otra por allá, todos esperamos "la" prueba definitiva que de una vez defina el destino de la señora.