Lamentable la situación de la periodista Milagros Leiva. Nadie puede negar que es una buena entrevistadora y columnista, incluso aún recuerdo las crónicas, a página entera, que escribía para El Comercio años atrás, cuando todavía no era tan conocida. Sin embargo, qué pena da ver que cometió una falta al pagar una supuesta información y, lo peor, de todo, que no haya una real autocrítica al respecto.
Cada medio de comunicación tiene sus propias reglas de juego (manuales de estilo, principios rectores, etc.) y ella incumplió los lineamientos de la casa televisiva a la que pertenecía al pagar 30 mil dólares para acceder a Martín Belaunde Lossio cuando se encontraba con arresto domiciliario en Bolivia. ¿O no conocía qué podía hacer y qué no?
Además ha admitido que informó de dicho pago a miembros de la familia Miró Quesada, "los dueños del circo", según sus propias palabras, es decir, ni por educación cumplió con avisar a su jefa directa que fue Clara Elvira Ospina, directora de prensa de América Televisión y Canal N. Se pone en evidencia que no había una relación cordial entre ambas desde hace bastante tiempo.
Algunos periodistas que alcanzan notoriedad suelen pensar que todo les está permitido. Siento que les aumenta el ego. Pueden hacer y decir lo que les parezca y no pasará nada con ellos. Su medio debe agradecer de rodillas el hecho que trabajen ahí. Por eso, creo que a Leiva no le cabe en la cabeza que cometió un error, como puede hacerlo cualquier persona; para ella, su situación es la de una periodista perseguida por el poder político de la pareja presidencial, no podía ser menos para su categoría.
Los argumentos que esgrime sobre las razones de su salida del grupo El Comercio no son muy convincentes para mí:
- Nadine Heredia pidió su cabeza. Este argumento significaría que el grupo El Comercio cede a las presiones de la primera dama sin miramientos. El mismo grupo que fue criticado por el gobierno y por el propio Presidente de la República por el tema de la concentración de medios. ¿Luego de tanto tiempo de enfrentamiento dicho grupo se somete así no más?
- Represalia por la investigación de las agendas. Que yo sepa, el programa que destapó el caso de las agendas de Nadine Heredia fue "Panorama" -conducido por Rosana Cueva- y no "No culpes a la noche" o "Sin peros en la lengua". Me parece que de existir algún tipo de presión política, Cueva sería la primera víctima y ella continúa al frente de su espacio dominical.
- El pago fue para recibir documentos importantes. Leiva señala que los 30 mil dólares que pagó como "peaje" para que Yuliano Arista, el llamado 'Curaca Blanco', le entregara importantes documentos que podrían provocar la caída del actual régimen. Lo malo es que nunca le dieron los mencionados, solo le los mostraron. Ni siquiera le dieron copias.
- Realizó una entrevista a Michelín Vargas. Hace varios días que Beto Ortiz conversó con la ex trabajadora del hogar de Ollanta Humala, quien señaló que el desaparecido Emerson Fasabi sí resguardaba la vivienda del Jefe de Estado, sí era cercano a ese entorno. Entonces, ya no era una entrevistada exclusiva.
Hay muchos temas por los que este gobierno tiene que responder y honestamente dudo que con la cancelación de los programas de Milagros Leiva las investigaciones periodísticas se detengan porque ella no es la única que ha estado haciéndolas. No estamos en la década de los 90 cuando un solitario Beto Ortiz, desde RBC Televisión, era el único espacio que ventilaba los actos de corrupción del gobierno fujimorista.
Por útimo, poco se le pregunta a la periodista sobre su situación legal. Se supone que la Fiscalía de Bolivia la está considerando en las investigaciones por la fuga de Belaunde Lossio. Esperemos que salga bien librada y que este caso le sirva para reflexionar. ¿Volverá a la televisión? Claro que lo hará en algún momento. Total, si hay otros colegas que han hecho cosas más reprochables y ahora conducen sintonizados programas. Veremos qué canal se la jala.