sábado, 27 de octubre de 2012

Adiós a La Parada


La semana más dura que le ha tocado vivir a Susana Villarán desde que se sentó en el sillón municipal. Luego que el proceso para revocarla del cargo de Alcaldesa de Lima recibiera luz verde, estalló la violencia en el mercado mayorista La Parada. Aunque este segundo -ocasionado por la colocación de bloques de cemento para que no pasen los camiones- terminó por ocupar mayor espacio en los medios de comunicación que el primero, debido a las graves consecuencias: cuatro personas y un caballo muerto, decenas de heridos, daños materiales y pérdidas económicas por los saqueos en la zona comercial de Gamarra.

El operativo, además, puso en los medios otro problema conocido por la ciudadanía y que muchas autoridades habían preferido ignorar: la gran cantidad de delincuentes que viven en las zonas aledañas. "Honorables señores" que se verán "afectados" por la "intransigencia" de la Villarán, pues con el mercado inoperativo habrá menos transeúntes que asaltar y menos autos que desmantelar. No hay derecho. Es atentar contra la fuente de ingresos de prontuariados padres de familia, cuyos hijos aprenden diariamente en las calles el teje y maneje del negocio en el que tendrán que acompañar y/o reemplazar a papá.



Este tema es de nunca acabar, solo espero que ahora que todos se van a Santa Anita y el terreno del ahora ex mercado mayorista en La Victoria se convertirá -según lo planteó la propia alcaldesa- en un complejo policial y en un parque dedicado a los migrantes, este no deje de ser resguardado por la Policía. Es como le comentaba a una amiga: "Sentiré que realmente se hizo algo el día en que pueda tuitear desde mi celular por las primeras cuadras de la avenida Aviación sin que nada me pase". ¿Un sueño imposible acaso?


Aunque soy oficialmente una vecina de Carmen de la Legua y no de Lima, no puedo dejar de saludar esta iniciativa de devolver la tranquilidad, orden y limpieza a esta zona victoriana. La Villarán no me parece el cuco y tan inútil como algunos la califican. En el Callao tuvimos y tenemos alcaldes y presidentes regionales uy, sí, full chamba, obras inauguradas por todos lados, pero coludidos con grupos delincuenciales, pagando portátiles, e involucrados en escándalos y delitos como los del by pass de la Av. Faucett y chuponeos. 

En tanto, mi respeto y admiración a la Policía Nacional del Perú por su loable trabajo, a todos los colegas que han cubierto esta noticia y mi solidaridad con Luis García, camarógrafo de TV Perú, quien sufrió la amputación parcial de su oreja, víctima de la agresión de un grupo de vándalos el jueves pasado. Veremos, entonces, si el caso La Parada le sumará o restará puntos a la lideresa de Fuerza Social. Todo puede pasar. A ver que ocurre en los próximos días.







jueves, 11 de octubre de 2012

Nuevamente Humala vs. Fujimori

Foto:   - @nicolasyerovi
Sea cual fuere la decisión, nada será como antes. Luego que los cuatro hijos de Alberto Fujimori presentaran formalmente ante el Ministerio de Justicia la solicitud de indulto humanitario para el expresidente, me quedo con la frase que dio la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, cuando le preguntaron sobre el tema: "Que Dios ilumine al presidente". 

Si Ollanta Humala le concediera el indulto a Fujimori yo me sentiría más que indignada, traicionada, y es aquí donde debo explicar la razón. En las elecciones presidenciales pasadas yo voté por Alejandro Toledo porque, más allá de su debilidad por la botella o que su familia se pasara de sinvergüenza, guardo buenos recuerdos de su gobierno; sin embargo, al no pasar a la segunda vuelta, todo el Perú quedó entre esa temida disyuntiva bautizada por Mario Vargas Llosa como la elección entre "el cáncer y el sida".

Es ahí donde opté por Humala sin pensarlo mucho. Para mí era una locura que Keiko Fujimori llegara al poder, como si su padre no hubiese sido el responsable de uno de los peores gobiernos que ha tenido el Perú: diez años en los que los casos de corrupción, violación a los derechos humanos, manipulación de los medios de comunicación, etc., terminaron por opacar los tan mentados logros económicos y de pacificación de los que se jactan, hasta ahora, los más fieles de sus seguidores.

Pero el asunto es ese, mi voto por Humala no fue de apoyo total a su propuesta de gobierno -además nunca terminé de creerme aquello que iba a seguirle los pasos a Hugo Chávez- sino fue un voto antiKeiko y antiAlberto Fujimori porque era más que evidente que si la señora de Villanella se ponía la banda presidencial, lo primero en su agenda iba a ser indultar a papito.


Lo digo abiertamente: yo voté por Humala para que Fujimori siga preso, para que cumpla las sentencias que la justicia peruana le impuso, al igual que a su recordado asesor Vladimiro Montesinos. Ahora, miren las vueltas que da la vida, pues en las manos del comandante se encuentra la posibilidad de otorgarle al exmandatario esta gracia presidencial. 



Pobre Presidente, si le dice no al pedido de la familia Fujimori tendrá una oposición mucho más severa en el Congreso de la República por parte de la bancada de Fuerza 2011, además de otras perlas; pero si le dice que sí, las protestas en las calles no se harán esperar, a lo que debemos sumarle el impacto a nivel internacional. Positivo o negativo, el panorama político que le espera es poco favorable. Ojalá la Primera Dama lo sepa aconsejar bien.