Hace unos días en el Twitter un comentario llamó mi atención. La idea era esta: si años atrás todos los políticos temblaban ante la posibilidad de que se difundiera algún videíto suyo grabado en la sala del Servicio de Inteligencia Nacional; hoy vuelven a tiritar, pero por el miedo de ser el protagonista del próximo cable de los Wikileaks Perú.
Mientras El Comercio va publicando el material proporcionado por la propia gente de Wikileaks, a partir del año 2006, con declaraciones indiscretas de políticos, autoridades y hoy candidatos presidenciales, quienes conversaron con representantes de la diplomacia norteamericana; la propia embajadora de EE.UU, Rose Likins, va citando, paralelamente, a algunos de esos candidatos para darles información de similar contenido.
Así van pasando las semanas y seguimos hablando de diálogos ocurridos en la campaña anterior (caso Humala-Toledo-Rospigliosi); y otras situaciones que, de hecho, ya sospechábamos (acuerdos entre la bancada fujimorista y el Apra a favor de Alberto Fujimori). ¿Qué candidato presidencial seguirá en la lista?, ¿Qué más estará por venir? y ¿Cómo impactará esta información en los votantes?
No cabe duda que los Wikileaks son el nuevo gran protagonista de este proceso electoral porque nos revela o nos confirma algo más que actitudes impertinentes de las personas que pretenden gobernarnos. Eso se agradece, pero debe llegar el momento en que retomemos el rumbo y volvamos a lo que nos interesa: los planes de gobierno, después de todo ya en marzo será el debate presidencial. Aunque no descarto que a alguien se le escape algún datito de la página de Julian Assange.
(Fotos: La República)
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